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Es Mora, o es Tonia. No es nadie, en realidad, es un fantasma que te rodea y un espejismo que alguna vez fue. No intenta ser como es, pero lo es. Es Mora, o es Tonia. En lo personal, me agradan ambos seudónimos. Es un rostro, tal vez alguna que otra oración, palabras que temblequean. Sus rodillas temblequean, todo su cuerpo temblequea, y eso no se agradable. Similar a un vegetal, vive pero no construye, al menos no siente que lo hace. Porque es un fantasma, o es Mora, o es Tonia. Detesta decir que es un arte en progreso, ya que ella anhela ser el arte, o el progreso. O ambas, o Mora, o Tonia. Creo que eso ya queda bastante claro. Aunque creo que, más que emé o té, es nadie.

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espectros.

Esa clase de climas templados le conmemoraban sus recuerdos de antaño. Rememora a la perfección aquella situación hace tiempo atrás en la que un puñal fue atravesado justo detrás de sus espaldas y la sangre comenzó a brotar de su estomago como si fuera por puro arte de magia. Apenas consiguió airear sus pulmones con una bocanada de la frescura rondante esa noche cuando el culpable se desvaneció entre las sombras con una despavorida actitud. Y, casi por un totalmente efímero santiamén, consideró la posibilidad de fallecer y rendirse de rodillas en vez de forzar la herida con ambas palmas de la mano, ya que el dolor y desconsuelo se derramaba como una gaseosa sobre sus entrañas, causando un mal estar de los mil demonios. Luego la puesta en escena se torna borrosa y se baja el telón, no obstante el padecimiento de divisar sus uñas limadas recubiertas con su propia sangre permanece presente, hasta luego de años y eternidades. Uf, si, ella lo recuerda. Hasta algunas veces consiente su vida humana como si jamas hubiera sido procreada, el oxigeno se encontraba increíblemente subestimado y el sentimiento era agradable. Oh, pero por supuesto, no es mejor que ser un espectro.

Etiquetas: cuento, lalala, me gusto y lo postee